viernes, 23 de julio de 2010

Funciones lineales de la vida.

Ser una arista de este paralelepípedo tan inusual que llamamos existencia, es realmente aritmético.

A veces me siento como la patita de la raíz que está inclinada a la izquierda, en esta vida tan cuadrática, tan factoreable.

Pero claro, no todos somos raíces. Algunos son signos de multiplicación, llenos de ambiciones y a veces envidiosos. Envidiosos de los números al cuadrado, o al cubo, que con el mismo esfuerzo, logran mucho mas.

¡Hay, pobre de las restas... siempre tirando para atrás! Pero claro, eso depende de donde estamos parados. Para algunos, las restas son lo peor de la sociedad, son los que no solo no tienen, sino que quitan. Pero es fácil decirlo cuando sos un positivo. Del otro lado del cero la cosa cambia. Estos engendros ¡hasta pareciera que suman!

Están también los que se cambian de lado, y pasan de ser positivos a negativos con solo cruzar al otro lado del igual. Muchos son carismáticos y se pasan para el lado que mas sume, a sus bolsillos; o mas reste, al de la gente. Son los números que mandan, y se enquistan vitaliciamente en el poder.

También están los Robin Hoods de la aritmética: los divisores. Ellos reparten todo en partes iguales y no tienen miedo en repartir migajas de ser necesario. Varias veces se reparten partes iguales, otras... no.

Conozco uno que como resultado de una división, quedó transtornado, y ahora solo piensa en tener mas y mas. Es un número decimal periódico, y pareciera que nunca va a ser feliz con lo que tiene, y con tal de tener otro decimal mas (sin saber lo poco que realmente significa) es capaz de cualquier cosa.

Por eso soy la patita de la raíz, porque si bien nunca la voy a entender, prefiero estar al margen de tanto número, ser un poco irracional, y aceptarme como soy.

1 comentario:

  1. Sr. Patita de la raíz
    De mi mayor consideración:

    La comisión de analogías matemáticas ha determinado que produce una paradoja irreparable el hecho que ud. se manifieste al márgen. Si muchas otras personas lo hicieran, correríamos el riesgo de ver imposibilitada nuestra tarea.
    Le rogamos encarecidamente que se incluya en algún grupo fácilmente identificable, o ser por completo irracional. De persistir en su actitud original, deberemos tomar medidas poco amables.

    Saluda Atte.:
    Sra. Hipotenusa.

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